domingo, 1 de diciembre de 2013

sábado, 9 de noviembre de 2013

El museo de las cosas inauditas

Dicen que los hombres sabios van en busca de las preguntas
Los ignorantes en busca de las respuestas

salva lorén

 Al franquear la puerta del numero cinco de Crellestrasse, me llega a los ojos, que no paran de preguntarse qué hacen todas aquellas cosas colgadas sobre la pared, piezas sin conexión alguna entre ellas. Lentamente me embarga una extraña sensación de incomodidad y como si algo estuviera perturbando una idea prefijada que ahora resulta equivocada.
Había algo dentro del espacio que alteró el alma y atrajo a la vez. Objetos que a primera vista no soy capaz de reconocer y que me resulta difícil dar una explicación racional. Objetos mudos que cuelgan, o bien se apoyan dentro de la misma pared o en una humilde peana casi invisible que permite al objeto todo su protagonismo. ¿Qué son todas aquellas piezas y quien las ha colgado allí en el centro de la nada una pieza aislada de las demás al lado de una piedra y esta al lado de un hueso o un simple trozo de piel? Todo parece indicar que se trata de un perturbado o una artista que pretende llamar la atención de un público desorientado. Ni uno ni lo otro. Un aroma parece orientar tus pensamientos de nuevo para concluir que un narrador anónimo pretende decirnos algo.
Me fijé, a pesar de su notable diferencia, en que todas las piezas expuestas guardan una relación entre sí. Que sin duda todo esta conectado. Un fino hilo invisible hilvana pieza a pieza para concluir en un texto maravilloso y surrealista.
La sala es el contenedor, la puerta a Crellestrasse una de sus tapas, y  otra, casi invisible, puerta su otra tapa para dejarme paso a un rincón sujeto a los vaivenes del espectador que tiene la dicha de poder admirar un catalogo aun por concluir. Algo más guarda el conocimiento y  sin dudarlo me adentro en el más absoluto de los conocimientos. Los objetos aún por narrar, dispuestos en grupos, por formas y su peso específico, La medida de peso  se convierte en el índice donde ofrecernos una orientación del contenido de ese centro del conocimiento.
Objetos sencillos, utilitarios y poseedores de una vida común. Anónimos elementos a punto de ser preguntados. Nada me contradice que trata de un archivo de cosas encontradas.
Aspiré de nuevo un cierto aroma pero en esta ocasión era de envidia irrefrenable. Algunos de aquellos objetos que se dispersaban a mi vista como un lienzo barroco, eran los personajes de mi imaginario. Se hacían reales al instante todos mis esbozos, apuntes de mi próximo proyecto, con cajas como contenedores, dioramas escenográficos donde esos mismos objetos iban a encontrar su hilo narrativo.
Cada átomo, cada partícula y esencia misma tomaba vida y entablaba una particular conversación con sus semejantes. Un hombre de oído atento podría haber escuchado como los objetos iban relatando su particular sentido de la vida.
Había tantas cosas que escuchar que me dispuse a dejarme atrapar por todos aquellos seres no narrados.
Aquella no era la sala de los objetos absurdos. Tan sólo significaba que  había encontrado, por fin, todas las cosas que sabían demasiado.


El museo de las cosas inauditas es un lugar para las cosas prodigiosas, un lugar literario, donde se presenta la parte maravillosa e increíble de la realidad.
Museum der unerhörten Dinge

martes, 10 de septiembre de 2013

Se regala

En Berlin, impresiones: Hay una costumbre que es regalar útiles que uno ya no necesita, en vez de tirar las directamente a la basura le cuelga un cartelito y lo pone de patitas en la calle .
Bien estar, para cuidar los recursos (pensamiento de ecologista) que se aproveche todo hasta el final, u otro que lo hace para no tener que llamar al municipio y pagar la recogida de los enseres de la calle (pensamiento de economista). También hay los que tienen tanto que ya no les cabe en su casa y tiene que deshacerse de algo, de lo que mas en desuso se ha quedado, pero en el fondo son incapaces de tirarlo; tal vez puede haber alguien o igual un pobre que lo pueda aprovechar todavía (sentimentalista o pensamiento social).
 
Sea lo que sea, el alemán es practico, organizado y limpio. No le gustan los manchurrones ni el desorden.  ¿Han oído alguna vez la palabra Hartz?, su nombre real era die Kommission für moderne Dienstleistungen am Arbeitsmarkt, es decir, la comisión para servicios modernos en el mercado laboral. 13 módulos de innovación sugiriendo cambios en el sistema del mercado laboral alemán. Estos fueron luego llevados a la práctica desde el 2003 (I, II, III sucesivamente) La base es salir de y rebajar la lista del desempleo. Si quieren recibir las ayudas sociales del estado los parados aceptan las condiciones de Hartz IV y con ello la obligación de aceptar trabajo ofrecido por el Arbeitsamt (oficina de trabajo) que se puede remunerar con 1.-euro mínimo la hora. Alemania va muy bien, se reduce el paro, crece la economía y el bien estar!
Binife
Zu verschenken (se regala)
''Se regala''
Subtitulo: en Alemania tambien hay parados

Foto: salvaloren13

martes, 3 de septiembre de 2013

LA POSTE

 
Foto:Salva Loren

En una carretera terciaria, Francia, las cinco de la tarde, calor, tenemos sed y paramos delante de la casa de abastecimientos. Gasolina, butano, alimentos, bebida… se llama 'La Poste'.
Antes de entrar mis ojos me llevan hacia la ventana de la izquierda.
Parece querer ser un escaparate. Esta lleno de figuritas raras de porcelana blanquecina y unas tazas de café medio tiradas. Curiosidad verde.
Dentro me encuentro en penumbra, a pesar de la ventana luminosa al fondo de la sala alargada. Contraluz, mesas y sillas vacías de madera antaña. Pienso marón.
En un taburete la silueta de un hombre reclinado sobre una barra vieja a la derecha, los pies no le llegan al suelo. Negro.
Desde la barra hacia mi hay una vitrina mostrador de cristal que refleja la luz de la entrada. Hay una fila de tarros de plástico traslúcido, completamente rayados por el uso, con chucherías. Blanco y rojo.
La señora, pelo corto, seco de rubio rizado, el codo apoyado sobre el periódico en el mostrador, la mano sujeta la cabeza. Mayor. Se oye la radio, bajita. Pasa el tiempo quieto. Dorado.
Levanta la mirada, le pido una botella de agua, se quita la gafa de leer. Sale.
Se ha levantado una nube de moscas en busca de nuevas posiciones. Cosquillas.
El de la barra no se mueve. Miro la ventana, la mujer abre la nevera al lado. Los cacharros están llenas de manchas amarillas y de puntitos negros. La roña es una manta tejida por el crono.
La mujer por fin habla y me estrecha su mano abierta, la palma curvada hacia arriba con los dedos separados, “Un Euro”.
La botella de agua se pone blanquecina del frío. Menos mal.
Bini Fe
 


miércoles, 28 de agosto de 2013

Asomo del pasado

En el mueso rural de Kleinlosnitz

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Reencontrarse con un mundo antiguo es como descubrir la memoria de un pueblo. Casi todos ellos tienen un significado común en el camino de la propia evolución y supervivencia del hombre. Los pueblos hablan por sus casas, sus enseres, las maneras  de asentarse en los espacios, refugio permanente de su adaptación vital.  Los espacios familiares indican, sin duda, el vínculo con la tierra más cercana y su permanente dominio.
Este encuentro con el pasado, quizás haya sido la visión mas cercana que he tenido de como el hombre vivía bajo el manto de la naturaleza la misma que les alimentaba y les daba calor.
S.Loren

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